Relato: "¡Ayuda!", de Alba Benesiu Pueyo | Cine de Escritor

28 diciembre 2021

Relato: "¡Ayuda!", de Alba Benesiu Pueyo

Relato Ayuda, de Alba Benesiu Pueyo - Cine de Escritor


La niebla se disipa y aparece la imagen de una calle desierta y oscura. Sólo se oye el ruido acelerado de los tacones de una chica golpeando el pavimento y que respira con tanta fuerza que parece que de un momento a otro se vaya a ahogar. El cabello se le pega a la cara por el sudor y tiene que apartárselo con la mano repetidas veces. Está aterrada; sabe que alguien la persigue.

Ella no le ha visto, pero le siente. Oye su respiración, que hace un momento quemaba su nuca, pero cuando se giró allí no había nadie, como si el perseguidor fuese un fantasma que quisiera burlarse de ella. Luego le oyó reír. Por eso no piensa volver a detenerse para ver si está detrás; lo único en lo que piensa ahora es en correr.

Tropieza y cae en un charco, golpeándose la rodilla. Su cara se contrae en un gesto de dolor, pero enseguida se levanta cojeando, sin recoger el bolso del suelo, y sigue corriendo como si le fuera la vida en ello. 

Se mete en un callejón y se raspa el brazo con una esquina. Chilla, pero aprieta los dientes y sigue corriendo. Está exhausta y tiritando. Si no encuentra pronto a alguien que la ayude…

Entonces se detiene, desalentada. ¡El callejón no tiene salida!

La chica traga saliva y se apoya contra la pared, envolviéndose en su largo abrigo negro y viendo cómo su aliento se condensa en pequeñas nubecillas blancas. 

—¡Socorro! —grita— ¡Que alguien me ayude!

Pero sólo le responde el silencio y esa risa tan desagradable que la persigue desde que salió de su casa. No tenía que haberse ido, y mucho menos sabiendo que ella era la única heredera de la fortuna de su padre, detrás de la cual andaban miembros de su familia que no estaban muy contentos de la noticia y que habían llegado incluso a amenazarla. Desde entonces sentía pánico en todo momento; no podía salir a la calle, cerraba las cortinas, se asustaba cuando un reloj daba la hora… Y aquella tarde había decidido que no podía seguir así pero, cuando se alejó unos metros de la puerta, se sintió observada. Pensó que eran imaginaciones suyas y siguió caminando. Sin embargo, la noche la había sorprendido y, cuando había querido darse cuenta, estaba más lejos de donde había pensado ir. En ese momento había sentido que alguien la estaba siguiendo, a pesar de no poder verle, y había echado a correr.  

—¡Socorro! —grita con más fuerza.

Está muy asustada, y noto que mi respiración también se acelera. Tengo la boca seca y no puedo apartar los ojos del callejón. Se está acercando. Oigo sus pasos. 

—¡Que alguien me ayude! —Ella vuelve a gritar y se queda en silencio, como esperando una respuesta. Pero sólo oye su risa. 

Se escuchan otra vez los pasos. Ella araña la pared con la esperanza de encontrar una salida. Luego la golpea una, dos, tres veces y cae al suelo con los puños sangrando. Está atrapada. Oculta su rostro entre las rodillas, sollozando, y, cuando vuelve a mirarme, dos surcos recorren su cara sucia. 

No puedo quedarme quieta. Tengo que hacer algo. Busco rápidamente en mis bolsillos, encima de la mesa, debajo… Mientras, oigo al perseguidor, que se acerca a ella. Tengo el corazón en un puño, pero sigo buscando. Tengo que darme prisa.

—¡Ayuda!

Entonces lo encuentro. Con la rapidez de un rayo cojo el mando a distancia, aprieto el botón y la escena de la mujer con los ojos desorbitados desaparece de la televisión.

—No volveré a ver esta película sola nunca más —me prometo a mí misma, intentando volver a respirar con normalidad.

Ilustración de Rubén Aniorte Rebollo para el relato Ayuda - Cine de Escritor
~Ilustración de Rubén Aniorte Rebollo para el relato "¡Ayuda!"~

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~Este relato se publicó originalmente en la recopilación de relatos "Relatos Urbanos. Un libro llamado deseo" (2008). Todos los derechos pertenecen a la autora, Alba Benesiu Pueyo~


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