En las redacciones, como en tantos otros puestos de trabajo, se vive bajo presión: a los periodistas no sólo se les exige que redacten informaciones de calidad, actuales, veraces, interesantes y contrastadas, sino que también deben tener un determinado número de palabras y estar terminadas para un día y una hora establecidas. Siempre hay problemas imprevistos: fuentes que no quieren hablar, datos que no aparecen, falta de tiempo para preparar las entrevistas… Cuando se acumula el trabajo, los redactores pueden sucumbir a la tentación de inventarse gran parte de sus textos.
Éste es el caso de Jayson Blair y Janet Cooke: los dos eran periodistas de éxito en sus respectivas redacciones y escribían artículos con los que no sólo ganaron importantes premios, sino también el respeto y el reconocimiento de sus lectores. Sin embargo, diversas investigaciones demostraron que se habían inventado la mayoría de sus trabajos, por lo que tanto ellos como su medio perdieron toda la credibilidad acumulada. Esta nueva fama no fue ningún inconveniente para sus proyectos posteriores.
Un tercer caso es el de Stephen Glass, cuya historia fue llevada al cine en la película "El precio de la verdad" ("Shattered Glass"). Este periodista de la revista norteamericana The New Republic destacó desde muy joven por sus habilidades para el periodismo. Colaboraba en varios medios al tiempo que cursaba sus estudios en Derecho. Abrumado por lo que se le exigía, terminó inventándose acontecimientos, fuentes y citas en 27 de los 41 artículos que escribió.
Analizando los hechos se puede elaborar una lista de titulares sobre los errores que cometió:
- "El periodismo consiste especialmente en buscar la verdad" (S.G).
- Importancia de guardar la confidencialidad de las fuentes, incluso entre compañeros.
- Tomar nota de todo lo que se vea, oiga y haga.
- Crítica grave: elaborar sus noticias falsas sabiendo cómo tenía que hacerlo para que no le descubrieran; fallo en el proceso de verificación de las informaciones, modelo americano.
- Importancia de las fotos para demostrar que tus fuentes y lugares citados son auténticos.
- "Nunca debemos suponer" (S.G): siempre hay que informarse de que lo que se vaya a publicar es verídico, no dar por sentado que algo es cierto porque lo haya dicho una persona de confianza. Aquí juega un papel importante el jefe de la redacción puesto que, aunque el autor haya confirmado sus datos, el jefe debe hacer una segunda comprobación, especialmente si ve que algo de lo escrito no es creíble o hay indicios de que ha falseado una información anterior.
- "Tenemos la obligación de asegurar la información. Si no está comprobado, no lo entregues y punto" (S.G).
~Publicado originalmente el 17 de febrero de 2012 en el blog de Producción Periodística del Grupo 12 (eliminado de la Red)~
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